lunes, 18 de mayo de 2015

La tradición dialógica


  Del monólogo al diálogo

 En ética, la tradición dialógica es muy antigua, arranca de Sócrates y pasa y pasa el personalismo de  autores como Martin Buber. Actualmente resurge con fuerza en la ética discursiva creada por Karl    Otto Apel y Jürgen Habermas que tiene la peculiaridad de intentar poner en diálogo la ética        kantiana. Estos autores opinan que la aportación kantiana es óptima, pero carece de un defecto:      considera la racionalidad moral, cuando en realidad es dialógica. Las personas no llegamos a la  conclusión de que una forma es correcta de forma individual, sino a través del diálogo con los  demás.

  El test del discurso

Esto trata de averiguar si una normal es moralmente correcta o no, por ejemplo ¿estaba bien considerada la norma que obligaba a los varones mayores de edad a prestar servicio militar durante un tiempo?
Si fuéramos kantianos estrictos, tendríamos que someter esa forma del test del imperativo categórico. En cambio, la ética discursiva propone someterla a un diálogo entre los afectados por la norma, que recibirá el nombre del discurso. Lo que entendemos por discurso no es una charla, conversación, tertulia o debate; sino un diálogo especial en el que han de respetarse las siguientes reglas:
 -La participación de cualquier sujeto capaz de usar el lenguaje y actuar.
 -Cualquier participante puede polemizar sobre cualquier afirmación que haya formulado el mismo u     otro.
 -Cualquiera puede introducir el discurso, lo que implica libertad para argumentar, presentar pruebas     o introducir nuevos datos respecto a aquello que se trata.
 -Cualquiera puede expresar sus posiciones, deseos, necesidades o intereses en relación con el asunto   del que se trata el discurso.
 -No se puedo impedir que ningún participante en el discurso ejerza sus derechos mediante ningún         tipo de coacción (insultos, amenazas, violencia, soborno...) ya sea por otro participante o por alguien   externo.


  El test del discurso

Para que la forma del discurso pueda ser considerada como moralmente válida son necesarios estos dos principios:
 1-El principio de universalización, se corresponde con el imperativo kantiano de la universalidad,        que se formula teniendo en cuenta la situación del discurso: una norma será válida cuando todos los     afectados por ella puedan aceptar libremente las consecuencias y efectos secundarios que se                 seguirían, previsiblemente, de su cumplimiento general para la satisfación de los intereses de cada       uno.
 2-El principio de la ética del discurso, se corresponde con la autonomía kantiana, pero reformulada      dialógicamente: solo pueden pretender validez las normas que encuentran aceptación por parte de        todos los afectados, como participantes en un discurso práctico.

  Fdo: Laura Martín y Natalia Rodríguez


5 comentarios:

  1. hola











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